Hoy debería ser otra mañana más, otro de esos días de Blanca Navidad, pero no es un día cualquiera. Hoy ha llegado un señor gordo que ya lleva varios días manchando todo de rojo, de lucecitas que parpadean por toda la ciudad. Y ojalá fuese Santa, ojalá fuese otro presente lo que me quiere regalar. Pero volvamos atrás, a por qué todo el mundo habla de la Navidad como algo bello cuando para mi siempre es gris y cada vez más oscuro. ¿Y de qué color iba a ser si llegadas estas fechas se nubla mi mente? No se puede tener ilusión cuando se sabe lo que va a pasar. Y he aquí mi secreto, imágenes futuras se suceden ante mis ojos cuando soy expuesto a ciertos estímulos. Vamos, que puedo ver el futuro, cualquier cosa que vaya a pasarme. Es así, debo vivir con ello. Al principio era gracioso, me creía un héroe incluso: "con ello podré salvar a la gente". Pero luego te miran raro, les intentas avisar de lo que va a pasar y nunca quieren escuchar. Así que preferí guardármelo para mí, solo yo como único conocedor del futuro próximo. Y, seamos sinceros, no es muy prometedor. ¿Pero por qué tanto gris? Es un don, casi debería verlo de color de rosa. Sinceramente no es tan divertido, me quedé con ese color en estas fechas cuando me di cuenta de que el mayor frío lo sentía por dentro. Cada vez que empezaba a interesarme por un chico descubría al poco cómo iba a acabar. Y es que siempre acaba, nadie se llega a quedar. Y qué decir de los regalos. Debía poner cara de asombro cuando ya sabía lo que me iba a encontrar. Y se apagó mi ilusión, me volví gris sin más.
Lo peor es cuando sabes que vas a morir a manos de un psicópata el mismo día de Navidad. Si ya sabía yo que el regalo no me iba a gustar. No soy el primero, lleva dejando un buen rastro, y lo que más rabia me da es que ya conocemos su forma de operar. Se creará navideño o algo, pero a cada víctima la decora con lucecitas de colores, como si fuese lo normal. En su mente debe sonar: no te preocupes, que yo puede que vaya a matarte, pero eh ¿y lo guapo que vas a quedar?.
"En su mente se oye en bucle: debo devolverle la Navidad".
¿Desde cuando puedo pensar con una voz distinta a la mía? O quizá es una visión futura, pero no lo siento como tal. Además que mi voz nunca será tan suave y cálida, pero sí que me es familiar.
"¡No puedo creer que te hayas olvidado tan pronto de mí! Antes no podía leer las mentes, pero sí que hubo un tiempo en el que nos leíamos mutuamente."
Y entre la espesa y densa bruma aparece una figura más, alto y desgarbado, y entonces sé que me va a salvar. Veo de forma fugaz como con un solo chasquido duerme al que era mi asesino, todo vestido de rojo, mucho más plácido de lo que cabría esperar. Pero sé lo que vi, en mi visión me llegaba a matar.
"Creo que se debe a mis poderes. Al bloquear mi mente a los demás te es imposible determinar mi futuro, no existo dentro de tus parámetros."
Una persona impredecible. Y sin darme cuenta sonrío, sigo vivo y no lo había visto venir.
Y lo que es mejor, empiezo a recordar. Esa extraña belleza que me hacía soñar, su mirada siempre ha dicho más de lo que podría expresarse con palabras.
"Gracias, uno no recibe halagos así todos los días."
No puedo evitar reirme, esta vez de verdad. No estoy a salvo como para darme libertad al pensar, puede escucharlo todo, pero sé que con él no hay nada que temer. Es aquel chico al que llegué a amar en la universidad, pero no quise dar oportunidad.
- Puedo dejar de escuchar tu mente si así lo prefieres - su voz real le dotaba de un tono elegante.- Pero antes quiero que abras esto.
Saca una cajita con una nota que reza: "Para aquél que sabe si el regalo le va a gustar". Y yo ya sé que la caja esta vacía y no puedo evitar vacilar.
- Haz la prueba, te va a gustar.
Así que no me queda otra que hacerle caso, deshago el lazo y abro la caja. No tenía nada que perder.
Y aun doy gracias por atreverme a abrirla. Mientras levanto la tapa puedo vislumbrar como el interior empieza a brillar. Quito la tapa por completo y surgen miles de haces de luz que me envuelven. De todos los colores, se transforman en distintas siluetas. Y empieza a nevar. Nieve de verdad, por fin desde hace muchos años. Y las luces decoran la calle y la ciudad, y mi cuerpo, pero esta vez me gusta. Son luces cálidas y no artificiales. Y floto, los dos lo hacemos. Renos, dragones y unicornios que nos rodean, girando sin parar. Casi parecen de verdad. Incluso hay ballenas que sobrevuelan el cielo como los antiguos zeppelin. Duendes bailando como si fuese un musical. Y él tan cerca con su sonrisa perfecta y esa mirada que me quería guardar. Esos labios que me hacen suspirar.
- ¿Cómo lo has hecho? No puede ser real.
- Sabía que no podría regalarte nada físico sin que supieses lo que era, así que cuando se activaron mis poderes solo pensé en encontrarte para volverte a ilusionar - su rostro formaba su mirada pícara.- He sacado todo esto de tu mente, esperaba que te fuese a gustar.
- Me encanta - logro decir.- Gracias por devolverme la magia el día de Navidad.
Y los dos flotabamos en este suave y bello vals. Él cada vez más cerca y mi corazón latiendo sin parar. Casi siento su aliento y quiero que vaya a más.
-Esa es la sonrisa que quería encontrar.
Sonrío aun más. Me acaricia el rostro y yo le rodeo con mis brazos. Me besa con dulzura. Casi no puedo respirar. Y, por fin en toda mi vida, no veo como acaba esta Blanca Navidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario