domingo, 28 de febrero de 2021

13 Sentinels

 Hace unos días terminé el que para mí es uno de los mejores videojuegos narrativos de esta generación, un juego que pasó muy desapercibido hasta que fue nominado a mejor narrativa en los Game Awards, y no es para menos. Hablo del maravilloso 13 Sentinels: Aegis Rim, un título que se gana al jugador de principio a fin, siempre y cuando esté dispuesto a leer mucho.




Esta obra pertenece al género de novela gráfica en la que su mayor fuerza se refleja en avanzar en la historia conversando con diversos personajes. También dispone de unas fases de batallas con combates estratégicos en los que hay que defender un punto frente a una suerte de enemigos robóticos. Pero que esto no os preocupe, como bien indica el nombre, el juego dispone de trece personajes que pueden llamar a sus propios robots gigantes y luchar con ellos, a los que se puede mejorar el armamento y sus características. La humanidad puede estar tranquila, o no.

Desde luego dejar el futuro en manos de un grupo de estudiantes de instituto puede no ser el mejor de los planes. Si hasta muchas de las opciones que tienen de pensamiento es sobre la persona que les gusta. Pero es que es aquí donde se llena de grandeza el título, lo que parece un guion al uso de cualquier anime japonés se va transformando en algo muchísimo más profundo, hasta se agradece esa humanidad en los personajes, esos diálogos internos que reflejan cada una de sus personalidades y cómo afrontan las cosas. También es cierto que en todas esas horas de juego, que no son pocas, se ve reflejada la evolución de los protagonistas. Sin embargo, cabe destacar que uno de los romances, uno homosexual, no está llevado de la mejor forma. Bien puede explicarse por la época en la que se desarrolla o porque la sociedad japonesa aún no sabe tratar del todo estos temas. Es de lo poco que menos me ha gustado, aunque se agradece la inclusión.


Toca pues mencionar uno de los puntos más fuertes y por el que fue nominado, fuera de unos personajes realistas que hacen más inmersiva la experiencia, los diálogos nos van dejando entre ver los entresijos de lo que es una gran e interesante historia. Viajes en el tiempo, sueños extraños, extraterrestres, personajes sin recuerdos o robots, y así podría seguir con distintas situaciones que hacen referencia a las mejores obras de ciencia ficción. No por menos, nombran casi directamente (aunque con otros nombres) obras como E.T., Terminator o La Guerra de los Mundos. Las integran en la historia de una forma interesante ya que varios de los personajes son aficionados a este género de películas y hablan de ellas con sus compañeros o se las prestan, lo que no sabe el jugador es que con ellas van explicando cosas de la trama que más adelante serán importantes. Es más, el propio guion es una vorágine de datos que por separado pueden no entenderse del todo, pero que junto a otros encajan como las piezas de un puzzle. Y cuando se va descubriendo el pastel da esa sensación maravillosa de que todo es distinto a lo imaginado, pero perfectamente ligado. La mayoría de los sucesos no se esperan, aunque si se es avispado es posible ir intuyendo por dónde irán los tiros.

Otra de las maravillas del título es la libertad que da a que cada uno lo juegue en el orden que quiera, pudiendo acceder a las distintas partes de la historia de los trece protagonistas, salvando algunos momentos clave a los que solo se podrá acceder una vez avancemos en otros. Y lo mejor es que todo está genialmente hilado, unen los conceptos y los sucesos con gran maestría. El caos es solo al principio, luego se entiende todo perfectamente. Además, ayuda mucho que los diálogos sean cortos y concisos, sin demasiado texto farragoso.


Cierto es que, para mí, lo menos destacable son los combates, que no es que me haya olvidado de ellos. Son muy dinámicos e intensos, incluso guardan conversaciones entre personajes bastante interesantes, pero una vez mejoras los robots gigantes y adquieres habilidades potentes, no se hacen demasiado difíciles de superar. Solo se complica si se decide hacer todos los objetivos y tener una puntuación perfecta para adquirir todos los archivos secretos, pero tampoco es algo del otro mundo y solo sucede en batallas muy puntuales en las que te rodean muchísimos enemigos poderosos. Y tampoco es que esos archivos sean demasiado relevantes, los importantes para entenderlo todo se consiguen durante la aventura.


Y si todo esto aún no había conseguido que os entraran ganas de ir a comprarlo es, simple y llanamente, porque no he llegado a hablar de la maravilla audiovisual que supone este juego, con unos escenarios y personajes en dos dimensiones tan bien dibujados que parecen obras de arte en movimiento. Destacar además la cantidad de detalles que están animados para dar profundidad y vida a todo y no solo al foco de la acción. La gran mayoría de los eventos ocurren en Japón en la década de los ochenta y lo muestran de forma preciosista, con una iluminación cargada de atardeceres que hace desear vivir en esos lugares. Y el sonido no es para menos, con un buenísimo doblaje en japonés (con opción de inglés si se prefiere, pero que yo no he probado) y una banda sonora dulce y agradable, que se adapta a las distintas situaciones y aumenta la intensidad en los combates. Alguna de las canciones aun resuenan en mi mente mente mientras escribo estas líneas.


Así que, si queréis reír, llorar, asombraros o amar a los personajes de una gran historia, sentir que la trama rompe todos vuestros esquemas, este es vuestro juego, pero recordad que casi todo es leer grandes cantidades de texto.





martes, 23 de febrero de 2021

Saga Kingdom Hearts

 No podía empezar un apartado de reseñas sin pararme a hablar de una de las obras que más me ha marcado en mi vida y que da nombre a esta nueva versión del blog: Kingdom Hearts.




Esta saga mágica de videojuegos se atrevió a fusionar las maravillas del universo Final Fantasy con las grandes franquicias de Disney. ¡Y qué gran acierto! Además, creo que sientan de maravilla los combates en tiempo real a un juego de rol como este.

Aún recuerdo con mucho cariño el momento en el que Kingdom Hearts apareció en mi vida. Uno de mis amigos siempre me hablaba de los nuevos juegos que descubría y yo le escuchaba maravillado, pues solo poseía una Game Boy Advance y no podía disfrutar de las grandes maravillas de la Play Station 2. Sobre todo me mostraba revistas y guías ilustradas llenas de lo que para mí todavía eran personajes anime fascinantes. Descubrí con él a los grandes héroes y villanos de Final Fantasy por lo que, cuando descubrí que en uno de los juegos también aparecían personajes de Disney yo me enamoré por completo. Tal fue mi obsesión con querer jugar a este juego que fue de los primeros que busqué en cuanto tuve una ps2 en mis manos. Y doy gracias por ello.

Para mí, Kingdom Hearts es magia, pura pasión. Es la razón principal de que yo quiera dedicarme a la creación de videojuegos y a contar historias, es mi pasado, mi presente y mi futuro. Es de esas sagas que entran para no salir, para quedarse en un hueco grande y dar cobijo. Encendió una hoguera inmensa que me iluminó por dentro, que me da calor si lo necesito. Ya no solo por lo divertido que se me hace jugarlo, su dinamismo al pelear contra los enemigos, sino por lo que cuenta. Vivir aventuras junto a Donald y Goofy solo es el principio y blandir una llave espada con la que evitar que los sincorazón consuman los mundos solo es la base, el guion va mucho más allá. Aquí se habla de la amistad, de luchar por los que más quieres, de la confrontación entre la luz y la oscuridad. 

Se me llena el corazón de calidez y los ojos de lágrimas al recordar las escenas, los momentos y la gran banda sonora, que me acompaña incluso ahora.

Y me detengo un momento para advertiros, pues es posible que a partir de aquí incluya algunos spoilers de la saga.



Es increíble el tránsito que hace el primer juego, de estar de risas en una pequeña isla paradisiaca, a vernos envueltos en una gran y oscura aventura. En ella buscaremos a nuestros amigos perdidos, para luego darnos cuenta de que nos están iniciando en la historia más liosa del mundo de los videojuegos. Con secuelas, precuelas, paralelas y personajes a montones que, ojo, portan también una llave espada. La cosa es que no todos portan LA llave espada, portan baratijas cutres del todo a cien o versiones con capacidades distintas a las del prota. Por lo que, de elegido nada, el prota es uno más, pero ¿y lo bien que sienta reventar a golpes a los sincorazón? Una pena no poder apalizar a Donald cuando no te cura. Menos mal que la parte plataformera mejoró a un formato más dinámico y accesible, porque en el primero era de lo poco que opacaba la diversión. Y es que no creo que a nadie le hiciese gracia saltar entre lianas junto a Tarzán y caerse al lago de los hipopótamos. Que con el calor que debe hacer allí será hasta refrescante, pero luego toca volver a subirlo todo otra vez.

Y sí, amo la saga y me encanta ir descubriendo todos sus entresijos, los planes secretos del malo maloso camuflado en distintos enemigos que realmente son otras versiones de sí mismo. Me gusta también la parte cómica que añaden tanto villanos como compañeros de Disney, aunque es verdad que cada vez se está perdiendo más, pero quizá Nomura (el director) debería calmarse un poco, o al menos explicar mejor todo lo que se le pasa por la cabeza Y, por favor, contar cachitos super importantes en juegos de móviles que avanzan a pasitos mínimos y están plagados de relleno lo hace un poco tedioso. Que mucha gente luego llega al tercero sin tener ni idea de muchas cosas.

Cierto es que Sora es un héroe muy genérico en las aventuras japonesas, dado a sus amigos y que haría lo que fuese por ellos, incluso perderse para siempre, pero también es cierto que, sin ser el personaje que más me gusta, es uno con los que más me identifico, pues también siento que genero esas conexiones con el corazón de la gente que me rodea, y me da fuerza.

Y es que los personajes y su desarrollo es algo muy positivo y a tener en cuenta en la saga. Me gusta mucho la evolución que tienen personajes como Riku, que va madurando y mejorando su forma de ver las cosas; o Aqua, que deja todo lo que tiene por ayudar a sus amigos. También es destacable el cómo consiguen que se le coja cariño a casi todos los personajes, de forma que se sufre cuando les pasa algo. Desde luego es de los juegos con los que más he llorado, y reído, que aquí he sentido de todo. 

Si además añadimos una banda sonora magistral, llena de temas sacados de las películas en las que se inspiran los mundos que aparecen y de melodías propias que quedarán hasta la posteridad, hace que cada uno de mis recuerdos sobre la saga estén llenos de alegría y buenos momentos.

Quien me diría a mí que, tras tardar una eternidad para encontrar todos los materiales necesarios para el viaje en balsa por los distintos mundos, hallaría la saga que me ha dado vida y que disfruto como nunca.

Solo nos queda sonreír, que sino no podremos viajar con la nave Gumi por esta gran aventura.




domingo, 21 de febrero de 2021

Cambios

 Muy buenas personitas lectoras.

Como ya habréis notado, he realizado ciertos cambios estéticos del blog, aunque no quita que los siga modificando según me sienta más cómodo y vea que os gusta. 

¿Y por qué el cambio de nombre? Últimamente he estado dándole vueltas a la idea de que apenas escribo, que no aprovecho lo mucho que me gusta y lo que disfruto con ello. Como bien dice el título, necesitaba cambios, algo que me moviese por dentro. Mi vida sigue siendo un caos sin un camino fijo, con la mano en el volante dispuesta a cambiar el rumbo en el último momento. Así que he creído conveniente crear un entorno de paz mental, un lugar en el que plasmar mi corazón. 

La gracia está en que parece que mi musa está harta de mí y anda buscando una sustituta ya que reclamo su atención cada segundo del día, pero luego no llego a plasmarlo. Porque sí, siempre estoy creando, imaginando e incluso diseñando nuevas ideas, pero el pequeño demonio de mi hombro ha dominado al angelito y gana la pereza, la desatención y el olvido. Tampoco ayuda el tiempo.

Sin embargo, es bien sabido que a otras aficiones les dedico todo lo que tengo. Esto no es necesariamente malo, pero ¿por qué no juntarlo? Si no consigo que me convenzan mis relatos o mis historias, quizá sea buena idea escribir sobre otras cosas. Y seguro que sabéis por dónde van los tiros, ¿verdad? Exacto, voy a escribir sobre religión y política... ¡Que no! Bastante tengo con mi caos de vida como para meterme en más fregaos innecesarios. Voy a escribir sobre videojuegos, libros, cómics, series, pelis... sobre aquello que me ha hecho sentir algo, al fin y al cabo. Digamos que serán una especie de reseñas o de anécdotas de diversos contenidos, normalmente de alta índole narrativa, que son los que más me gustan. Y no temáis, en el caso de que quiera comentarlo usando spoilers porque lo vea necesario, lo indicaré antes del texto y marcaré el punto exacto que podéis saltaros.

Y por eso "Descenso al Corazón", porque, como bien se muestra en la saga de videojuegos Kingdom Hearts, es el punto en el que puedes ver tu verdadero yo, donde se define tu corazón y lo que tienes dentro.

La nueva descripción del blog hace referencia a la forma en la que la vida en los videojuegos permite renacer, reintentarlo todo si mueres. Por lo que he añadido de mi propia cosecha que es en este descenso al corazón donde se decide si sigues viviendo. También había pensado llamarlo pantalla de game over, pero era mucho menos lírico y no solo hablaré de videojuegos. 

Finalmente agradecer a todos aquellos que de vez en cuando me leéis, sois una gran ayuda y no creo que lleguéis a daros cuenta de la ilusión que me hace.

viernes, 4 de octubre de 2019

Dulce cuando amargo

Me gusta pararme a recordarte, sentir de nuevo tus dedos y la forma en la que recorren mi cuerpo. Me gusta saborear cada recuerdo, pensar que sigues con tu abrazo, cuando todo yo es tuyo. Y me gusta admirarte, dejarte pasar hasta la cocina. Me gusta tu olor sobre el mío, tus susurros desde la aún oscura mañana, dándole sabor al día, intentando apoderarte de mi boca con amargos mordiscos, finalizando con todo lo dulce que pueden ser los besos, tus besos. Y me desgarras, a mí y al frío de mi garganta, llenándome por completo de calor con tu aliento, haciéndome estremecer. Tú, yo y el mundo entero. Y es entonces, y solo entonces, cuando alargas sin miedo tus ocho brazos, deslizándote hasta el punto más olvidado de mi cuerpo. Tu tela me atrapa, anudado de coraje, erizando el vello de brazos, piernas y pecho. Aclaras mi mente mientras mi sangre se envenena, tornándose oscura y plena. Curas mi lamento, el de hoy y el de los días venideros. Me agitas, tus dientes fragmentándome, cada mordedura un nuevo respiro, mis nervios enturbiados, acompasando mis latidos. Y me deshago, ahora, en el recuerdo y siempre, con un grito, a veces dos o tres o incluso en silencio, como aquel que es salvado de una caída al abismo. Pero es que, aun así, yo caigo y sigo cayendo. Tu mano siempre sujetando mi tiempo, haciéndome ascender para acariciar el cielo.
Contengo mis lágrimas, ardientes como el hielo. Sé que es un amor prohibido, que me atrapas como ninguno, pero necesito tu calor, la forma en la que sonrío. Porque ahogas, pero en el buen sentido, si es que existe algún buen sentido para todo esto. Eliminas el malestar y me llevas al olvido, a poder estar despierto hoy y mañana, pero contigo. Si mis párpados caen… no puedo ni imaginar cuán grande sería el desastre. Mi mente liberada, el caos en su estado físico, atormentando todo lo que me es querido. Sin ti soy puro fuego y rabia, sin ti se evaporan las lágrimas que sustentan el templo de mi calma. Por eso te elijo cada mañana, por eso más que gato, arañas, acariciando mi piel por completo, como si no hubiera un mañana. Y quizá no lo haya, pero por si lo hay, te volveré a elegir café, mi araña, que con tus telas me sostienes en este escenario. Te quiero recordar como más me gusta: caliente y dulce cuando amargo, en mi taza favorita, siempre cercano.

lunes, 8 de octubre de 2018

Volar no es para gallinas

¿Gallina? ¿Yo? No sabían que Brell no le temía a nada. Bueno, había tenido miedo de que el Orbe me obsequiase con algo inútil. Incluso las arañas me imponían algo de respeto, pero era más asco que miedo. Pero, ¿a las alturas? Dibujar un gran ave y sobrevolar los acantilados era pan comido. Lo que me aterraba era que el ave creado con mi pluma se deshiciese por encima de las aguas. Pero eso no iba a pasar, yo controlaba, ¿verdad? ¡Ay! Sí que tenía miedo. ¿No sería mejor dibujar una cama elástica y divertirnos un rato?
¡Céntrate Brell! Tampoco sería para tanto. Y siempre me podría salvar Agatha con sus preciosas alas plateadas. El Orbe le había otorgado una capa que podía metamorfearse en distintas cosas, pero sin duda las alas eran lo mejor. Cuando mi mejor amiga me contó lo que le habían dado casi grito de envidia. Mi sueño en sus manos. Pero no podía odiarla, su mirada siempre sonreía y por esos ojos dorados sí que gritaría. Y bueno, yo tenía una pluma que podía dibujar cualquier cosa que escribiese. No sabía donde estaba el límite, pero seguro que podría hacer algo con lo que volar, solo que no lo había probado.
Miré al frente. Un mar inmenso, que se abrazaba al cielo en un punto indeterminado. Era precioso. Y la brisa era increíblemente agradable. ¡Debía hacerlo! No podía no intentarlo.
Saqué mi pluma y escribí en el viento. Me vino a la mente una idea mejor que una simple ave. Grifo. ¡Orbe misericordioso! ¿Y si aparecía el aparato que drenaba agua? Las letras brillaron y se agrandaron. Y ahí, ante mí se formó un grifo puramente blanco. Mitad ave, mitad felino. Me miraba como si viese mi alma.

- ¡Wow!- exclamó Agatha con la boca abierta.

- Ayúdame a subir.

Deformó la capa en las grandiosas alas que tanto adoraba y me aupó al lomo de la gran bestia. Esta giró la cabeza y se dejó acariciar. Las Oradoras me explicaron que la pluma no creaba vida, solo una ilusión de ella. Pero parecía tan real.
El grifo bramó al horizonte, extendió las alas y se fundió con la brisa del mar. A mi lado Agatha reía y con su risa me calmó por dentro. Y yo también reí, estaba sobrevolando el gran océano, lo que nunca creí real. Y yo era viento, con cada giro eramos luz, una maraña de pelo rosáceo a mi alrededor. Y yo era el agua, que fluía con ese olor a sal. Era lágrimas en mis mejillas, brotando de felicidad. Era magia y alegría, era un fuego artificial a punto de estallar. Mi sueño hecho realidad.


5. Chicken - Inktober 2018

domingo, 7 de octubre de 2018

Exhaustos


Me gusta cuando sonríes. Sobre todo cuando me miras y en tu rostro se dibuja una sonrisa pícara. Me pierdo en la infinidad de tus ojos y muero por dentro.
Me gusta cuando me rozas, tu piel junto a la mía, cuando nuestros dedos se vuelven locos en una danza que no termina. Cuando ya no sé dónde acaba mi cuerpo y dónde empieza el tuyo. Me gusta acercarme a tu boca, dándonos tiempo a sentir la calidez de nuestro aliento. Y saborear tus labios como si nunca lo hubiese hecho, fundirnos en uno. Y cuando el beso se alarga decido recorrer tu espalda con mis dedos, deslizarme entre tu pelo, reconocerte a caricias como si fuese ciego.
Me gusta acercarme a una de tus orejas y no poder evitar morderlas un poquito. Y que me pagues con la misma moneda y sigas con la artillería pesada de tu lengua. Cuando hace un giro y nuestra piel se eriza con vistas de futuro, sabiendo que tendrá que pasar por el cuello. Cómo nos detenemos y nos creemos vampiros. A veces muerdes tú, a veces soy yo el que muerdo. Susurros y cosquilleo.
Me gusta desabrochar cada botón de tu camisa mientras con la lengua juego, dejando al descubierto el vello de tu pecho. Nuestros corazones se aceleran y comienzan los suspiros. Tú te deshaces de la barrera que supone mi camiseta. Y cuando aun nos queda la segunda parte de nuestro vestido nocturno, yo te recuesto sobre la cama. Te beso, me besas y sigo con el baile. Elijo el camino más largo, quiero saborear cada poro de tu cuerpo. Sendero de besos.
Me gusta cómo te estremeces si te muerdo de camino al placer, como me agarras la cabeza cuando me detengo en tus pezones, como mi lengua se pierde entre el vello y mis labios se van quedando impregnados con tu esencia. Y no me detengo, sé lo que estoy buscando, pero prefiero dar un rodeo. Tus suspiros en el tiempo.
Me gusta cuando susurras mi nombre y no podemos más, notando el latido, y no precisamente de nuestros corazones. Cuando el placer se siente en cada roce, tu dureza junto a la mía. Y desabrocho botones y cremalleras, todo lo que se interponga entre tu placer y mi boca. Descubro tu poder erecto y juego con la lengua antes de llenarme entero. Y comienzan tus suaves gemidos, yo sigo el ritmo, recordando su forma por completo.
Me gusta que me agarres el pelo cuando mi saliva es parte de tu placer interno, que deslices tus manos por mi cuello. Y te miro y devuelvo mi atención a tus labios, quiero que me pagues con besos. Me gusta cómo aprovechas mi descuido y decides que es tu turno para tomar el control. Me giras en la cama mientras mis dedos, atrevidos, siguen queriendo regalarte todo el placer posible. Y tengo que parar porque desciendes tu camino, porque también te paras a morderme, a pasar la lengua por lugares indebidos.
Me gusta cuando estás a punto de llegar allí abajo y al sentir tu aliento yo quiero gritar. Cuando usas tus labios abarcándolo todo, cuando bajas y luego subes, cuando tocas con la lengua mi placer entero.
Me gusta cuando nos olvidamos de todo, ya no existe el mundo externo. Usamos manos y boca, uno, otro y los dos a la vez cuando podemos. Y cuando ya hemos llegado a los infiernos, cuando recordamos las caricias por todo el cuerpo. Y tú te abalanzas, tu cuerpo sobre el mío y te ayudo con los dedos.
Me gusta que te vayas liberando, todo gestos y aliento, susurros que se sienten internos, gritos desde el cielo. Que me introduzcas en la oscuridad con cuidado para brillar los dos como nunca. Ser dos en uno, sintiendo en conjunto, la piel ardiendo y nuestros gemidos al viento.
Me gusta recorrer tu cuerpo cuando sucede nuestra danza, apretar con fuerza culo y espalda cada vez que me estremezco. Los dos en un carrusel de magia al ritmo de nuestros versos. Los dos en la cúspide, rozando nubes y placer costero.
Y al final me gusta ver como se libera tu alma, tu semilla con la mía. Los dos exhaustos, sin energía, abrazados hasta el fin de los tiempos.



7. Exhausted - Inktober 2018

jueves, 4 de octubre de 2018

Hechizo

Notas de música. Y figuras. Lucecillas de colores. Formas ondulantes que se expanden, girando de forma perfecta, sin fisuras.
Olas que se recogen en las pisadas, dunas de aire coloreadas. Viento inestable que lo muerde todo, se cuela por los rincones.
Brillos serpenteantes que giran y experimentan el caer y volver a subir. Parece que se rien en su danza, que no duermen ni aunque caiga la noche. Incluso cantan en silencio, suspiros de gracia y anelo.
Mariposas, miles de ellas. Cada una de un color nuevo. Vuelan entre las piedras. Adoquines de cemento que bloquean la imaginación desesperada. Un amor que no llega. Una sombra que altera corazón y mente, aliento encadenado, con regalos de tierra.
Cuando nadie mira, germinan en el suelo semillas de risa eterna, de tallos alargados y hojas verde alma, azul trueno y dorado tierno.
Y si estás leyendo esto tus ojos han cambiado, tu mirada infinita está plagada de nuevos placeres que este hechizo ha causado.


4. Spell - Inktober 2018